Sexualidad femenina | Realidades con solución

Dirección médica de Neolife


sexualidad femeninaLa vida sexual de una mujer pasa por muchas etapas diferentes. Pubertad, maternidad, menopausia, etc. Sin embargo, existen síntomas que pueden darse como síntoma del envejecimiento a edades en las que la vida sigue siendo plena. La disminución de la libido, la sequedad vaginal o las relaciones dolorosas, son problemas que pueden generar malestar y mermar la confianza de la mujer.

Entender sus posibles causas y saber que pueden tener solución siguiendo una terapia de medicina anti-aging es un gran avance y puede suponer una gran diferencia.

• ¿Cuáles son los principales problemas ligados a la sexualidad femenina?

Básicamente son 4:

  1. La falta o disminución del deseo sexual.
  2. La incapacidad para lograr la excitación aun existiendo deseo.
  3. La incapacidad para alcanzar el orgasmo.
  4. La relación sexual dolorosa.

El conjunto de estos problemas se conocen como “Disfunción Sexual” y están así catalogadas por la DSM IV (Diagnostic and Stadistical Manual of Mental Disorders -4ª edición-, o Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, en castellano).

Quizás el principal problema ligado a la sexualidad femenina es la falta de deseo o lo que es lo mismo, la disminución de la libido. Esto no es un problema exclusivo de la mujer menopáusica, pues afecta también a mujeres pre y perimenopáusicas.

La cuestión es si es necesaria una vida sexual plena y si así es, ¿debemos esperar a que el deseo aparezca o debemos hacer algo para activarlo?

Se sabe que una vida sexual activa y satisfactoria tiene numerosos efectos positivos sobre la salud física y psíquica. Dicho esto, una actitud proactiva para mejorar el deseo sexual, siempre y cuando las circunstancias sean propicias, es deseable.

• ¿Cuáles son las causas de estos problemas?

Las causas de la disfunción sexual femenina son variadas y complejas, quizás más que en el hombre. Alguien comentó que si la sexualidad del hombre es como un interruptor de la luz, la de la mujer es como un cuadro eléctrico de un avión…

Volviendo a las causas de disfunción sexual femenina, estas se pueden clasificar en dos grupos:

  • Las causas de tipo conductual; psicológicas, emocionales, relacionales, espirituales y ambientales. Las ideas preconcebidas sobre el sexo, la experiencia sexual previa satisfactoria o insatisfactoria, las creencias religiosas o culturales, la relación con la pareja, la comunicación con la pareja, el entorno y momento aducuados…
  • Las causas de tipo físico y médico.

Los aspectos físicos o las barreras físicas para la salud sexual pueden ser una o varias de las siguientes:

  • Hormonales: desequilibrios estrogénicos, progestágenos, testosterona, DHEA, hormonas tiroideas, oxytocina, Vitamina D… La disminución de la progesterona a partir de los 35-40 años asociada con el síndrome de predominio estrogénico, la caída de la testosterona, la elevación de la SHBG y el hipotiroidismo suelen ser las principales causas.
  • Anatómicas (tanto en la estructura como en la función), como secuelas de cirugía pélvica, episiotomías, histerectomía…
  • Nutricionales.
  • Enfermedades inflamatorias, dolores, fatiga, enfermedad cardiovascular…
  • Efectos secundarios de medicaciones (quimioterapia, psicofármacos, hipnóticos, ansiolíticos, antidepresivos, anihipertensivos, fármacos que bloquean la testosterona o aumentan la SHBG como el tamoxifeno, anticonceptivos orales, estrógenos orales, cimetidina, corticosteroides, lovastatina, aldosterona… Las estatinas disminuyen los niveles de testosterona.

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• ¿A qué edades suelen presentarse con mayor incidencia?

La mayor incidencia de la disfunción sexual femenina es a partir de la menopausia y es producida principalmente por las alteraciones hormonales anteriormente descritas. Disminución de la libido, pérdida de autoestima, cambios de la imagen corporal, falta de salud concomitante, sequedad vaginal… Sin embargo esto no excluye que haya disfunción sexual en etapas previas de la vida. Por lo general se comenta que la plenitud sexual de la mujer está entre los 40 y 50 años, debido al equilibrio que en esta década se produce entre los aspectos conductuales (psicológicos, emocionales, de pareja, espirituales, familiares…) y los físico-médicos (todavía no ha llegado el declive de la menopausia). Dicho esto la mujer menopáusica y post-menopáusica puede disfrutar plenamente de su sexualidad, incluso más que en sus años más jóvenes.

• ¿Qué solución tienen?

Por lo general buena, pero depende de la causa que produzca la disfunción. Es más fácil abordar las causas físico-médicas que las psicológicas, de pareja, emocionales… Todas las causas tienen su terapia.

En lo relativo a la falta de libido en la mujer pre, peri y postmenopáusica y, si todos los aspectos conductuales y de salud general están en orden, el tratamiento es relativamente sencillo y eficaz, con terapia androgénica, es decir, con geles, parches o comprimidos sublinguales de testosterona a dosis bajas. La testosterona es un poderoso activador del deseo sexual en la mujer, y por supuesto en el hombre.

En lo relativo a la salud vaginal, la pérdida de lubricación y atrofia de las paredes de la vagina a partir de los 40 años es algo relativamente frecuente y afecta al 50% de las mujeres a los 3 años de la menopausia. Estas circunstancias son la principal causa de insatisfacción sexual al hacer dolorosa la relación sexual. La terapia con estrógenos vaginales restaura el PH vaginal, restaura la lubricidad y alivia las molestias. También pueden utilizarse cremas hidratantes vaginales para proteger la mucosa y lubricantes en el momento del acto sexual.

• ¿Qué beneficios encuentra la mujer con esto?

Como ya se comentó más arriba, una vida sexual plena y satisfactoria repercute positivamente sobre la salud integral de la mujer. Se conocen cuáles son las disfunciones sexuales, qué las producen y cómo tratarlas con bastante éxito, al menos aquellas relacionadas con la falta de libido y la salud vaginal. Estas afectan a un elevado porcentaje de mujeres de más de 40 años y a más del 50% a partir de la menopausia. Sin embargo, muy pocas consultan específicamente por ello.