Progesterona: de hormona villana a héroe en el cáncer de mama


La Progesterona está pasando a ser una de las vías de tratamiento más esperanzadoras para las pacientes que padecen dicha enfermedad.

La Progesterona es una de las hormonas “sexuales femeninas” de secreción ovárica, fundamentalmente cíclica, con un pico secretor desde el día 13-16 del ciclo, y una caída brusca 1-2 días antes de que comience el periodo. Esta hormona es beneficiosa tanto en mujeres premenopáusicas, por su alivio del síndrome premenstrual, como en mujeres postmenopáusicas, donde equilibra la acción proliferativa del estrógeno y mitiga síntomas como los dolores de cabeza, los cambios de humor o el insomnio.

Dr. Francisco Martínez Peñalver – Equipo Médico Neolife


Actualmente existe investigación acerca de algunos progestágenos que pueden ser útiles en la batalla contra el cáncer de mama.

En Medicina es muy común que los médicos jóvenes heredemos “dogmas de fe” de nuestros maestros, líneas rojas que no deben ser cruzadas nunca, y que sirven como base para cimentar el resto del conocimiento.

Muy de vez en cuando este conocimiento del que no se duda es demostrado como erróneo por la literatura científica. Se produce un pequeño terremoto en el mundo médico, puesto que supone cambiar alguno de los pilares que rigen nuestra práctica diaria y nuestro conocimiento médico.

progesterona

A este aspecto hay que sumar que a medida que la tecnología avanza somos más conscientes de que en el cuerpo humano hay poco “bipartidismo”, hay poco “blanco o negro”. La misma molécula, la misma célula, en localizaciones diferentes, incluso en momentos diferentes actúa de manera totalmente contrapuesta. La base de todo esto es el mecanismo adaptativo que durante miles de años ha ido modelando al ser humano, buscando convertirlo en una máquina perfecta capaz de aclimatarse a las distintas circunstancias que le van a tocar vivir.

Uno de estos paradigmas de la medicina que en estos momentos se encuentra cerca de ser denostado es el de la Progesterona. La progesterona es una de las hormonas “sexuales femeninas” de secreción ovárica, fundamentalmente cíclica, con un pico secretor desde el día 13-16 del ciclo, y una caída brusca 1-2 días antes de que comience el periodo.

Entre inicios de los 90 y el 2002 prácticamente toda la producción literaria acerca de la terapia de reemplazo hormonal se basó en el estudio epidemiológico más grande realizado hasta ese momento, el WHI (Women´s Health Initiative) (1). Las conclusiones publicadas por este estudio desde 1989 hasta 2002 fueron demoledoras en contra de la terapia hormonal. No solo aumentaba la incidencia de eventos cardiovasculares, sino que la incidencia de cáncer de mama y de útero aumentaba de manera exponencial en las pacientes que realizaban la terapia.

Con los años, sin embargo, han ido apareciendo grietas en estas conclusiones. Las dos fundamentales eran que las pacientes del WHI llevaban más de 10 años desde el inicio de la menopausia y que esos 10 años sin protección de sus estrógenos ya justificaban el aumento de mortalidad cardiovascular; y una segunda falla -esta mucho más importante-, donde se demostraba que el análogo de progesterona administrado, el Acetato de Medroxiprogesterona, no solo no ejercía las acciones beneficiosas de la progesterona, sino que producía un “exceso de efecto estrogénico”, lo cual sí es peligroso para la salud. Es decir, que los participantes del estudio no representaban a la población de manera veraz, y que lo que se daba como análogo de la progesterona tenía los efectos contrarios (2).

Sin embargo, al igual que los resultados del WHI en contra del uso de terapia de reemplazo hormonal fueron publicados a bombo y platillo en todos los periódicos y fueron primera plana en todos los noticiarios, las noticias que han venido después y que anulan los resultados del WHI no han sido objeto de la prensa en general (3).

Por todo esto, la imagen que se tiene de un fármaco como la Progesterona es perniciosa, y se ha generado una leyenda negra en torno a su uso que los médicos que nos dedicamos a la Terapia de Reemplazo con Hormona Bioidéntica debemos desmontar.

Para empezar con esta desmitificación hay que acudir a una revisión de estudios clínicos publicada en enero de 2017 en la revista Nature Reviews Cancer (4). Según este artículo de los directores Carroll y Hickey se ha utilizado de manera genérica el término progestágenos para referirse a una serie de compuestos que activan los receptores de progesterona y el término progestinas para moléculas que mimetizan la actividad de la progesterona. Las progestinas, aparte de las funciones de la progesterona, tienen otras acciones que pueden incrementar el riesgo de cáncer de mama; de ahí la confusión. Sin embargo, no existe ningún estudio que ni tan siquiera sugiera la posibilidad de que la progesterona pueda producir cáncer de mama. Sin embargo, en el momento actual, sí que existe investigación acerca de algunos progestágenos que pueden ser útiles en la batalla contra el cáncer de mama. Las conclusiones de este artículo son que los progestágenos tienen un efecto beneficioso en aquellos tumores estrógeno-dependientes en combinación con los nuevos fármacos que bloquean esos receptores estrogénicos. De hecho, existe un ensayo clínico en marcha para pacientes con cáncer de mama con receptores estrogénicos y progesterónicos positivos, en este caso con la misma progesterona (5).

Por tanto, la progesterona está pasando en la actualidad, de tener un papel nocivo con una leyenda negra a sus espaldas, a ser una de las vías de tratamiento más esperanzadoras para las pacientes que padecen dicha enfermedad.

En Neolife, atendiendo a la evidencia científica más novedosa, desde hace tiempo aprovechamos los beneficios de esta hormona, la progesterona, tanto en mujeres premenopáusicas -por su alivio del síndrome premenstrual- como en mujeres postmenopáusicas -donde equilibra la acción proliferativa del estrógeno y mitiga síntomas como los dolores de cabeza, los cambios de humor o el insomnio-.


BIBLIOGRAFÍA

(1) https://www.whi.org/about/SitePages/About%20WHI.aspx. WHI webpage.

(2) Speroff L. Am J Obstet Gynecol. 2003 Sep;189(3):620

(3) Harman SM et al. Is the estrogen controversy over? Deconstructing the Women´s Health Initiative study: a critical evaluation of the evidence. Ann N Y Acad Sci 2005 Jun; 1052:43-56.

(4) Carroll JS Hickey TE. Deciphering the divergent roles of progestogens in breast cancer. Nat Rev Cancer. 2017 Jan;17(1):54-64.

(5) ISRCTN – ISRCTN23662758: A trial looking at progesterone to treat early breast cancer in premenopausal women.